El vacío asusta porque
nunca es como el anterior.
Nunca dura siempre,
pero, ¿quién me evita a mí el terror?.
Intento decirte que odio mi oficio,
al menos hoy,
que no me compensa tanto sacrificio,
a eso que voy.
Que hoy estoy harto,
que no es suficiente,
que quiero algo más,
que odio mi oficio
porque él me conoce
y me hace rabiar.
nunca es como el anterior.
Nunca dura siempre,
pero, ¿quién me evita a mí el terror?.
Intento decirte que odio mi oficio,
al menos hoy,
que no me compensa tanto sacrificio,
a eso que voy.
Que hoy estoy harto,
que no es suficiente,
que quiero algo más,
que odio mi oficio
porque él me conoce
y me hace rabiar.
Hendrik Roever, Odio mi oficio (2003)
8 comentarios:
Cuando la afición se convierte en obligación es cuando se empieza a odiar lo que uno hace. C'est la vie.
¡Ánimo, que ya queda menos!
Gracias por el aliento.
Saludos
Seguro Ulises que es sólo un bajón en estos días complicados de notas y algún desaliento, pero aunque no te conozco personalmente me da que te gusta lo que haces.
Un cordial saludo.
jotav, compañero, muchas gracias por tu apoyo y nos seguimos leyendo.
Eh, que estamos contigo, compañero!! Mira el calendario, respira hondo, ¿has hecho todo lo que estaba en tu mano? Pues conciencia tranquila. Has sembrado, algo queda cuando sea. Es lo nuestro.
Un abrazo enorme!!
Gracias, Negrevernis, pues eso será cuestión de venirnos para arriba.
Saludicos.
Comprendo ese odio súbito, incontrolable, que desborda y llena jajaja y creo que somos muchos los que lo comprendemos. Lo malo es que lo nuestro no es un oficio, sino una profesión, y resulta que queramos o no hemos profesado en ella jajaja
¡Ánimo, que no estás solo!
Se agradece el comentario.
Saludos, compañera.
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