Imagen vista gracias a Francisco Nixon
Se acerca el día del final de curso, de entrega de notas, de lloros y alegrías, alumnos que quieren negociar al alza sus notas buscando a profesores a los que nunca han buscado para preguntarles dudas de futuros exámenes.
Yo, como el señor de la imagen, montaré un chiringuitoconfesionario en el que recibiré gustosamente al que se me acerque y le atenderé en cualquiera de sus posibles reclamaciones o (¡Vaya usted a saber!) felicitaciones.
Supongo que si no recibo muchas visitas (cosa que suele ser habitual a final de curso, ¡a Dios gracias!) será señal de que la relación exámenes-notas ha sido aceptada por parte de mis sufridos alumnos.
Un saludo a todos.
Yo, como el señor de la imagen, montaré un chiringuitoconfesionario en el que recibiré gustosamente al que se me acerque y le atenderé en cualquiera de sus posibles reclamaciones o (¡Vaya usted a saber!) felicitaciones.
Supongo que si no recibo muchas visitas (cosa que suele ser habitual a final de curso, ¡a Dios gracias!) será señal de que la relación exámenes-notas ha sido aceptada por parte de mis sufridos alumnos.
Un saludo a todos.
7 comentarios:
Llega para mí el momento más duro del curso, aunque agridulce por la perspectiva de las vacaciones, el de convertirme en juez de mis alumnos, abandonando el papel de comunicador y colaborador en sus aprendizajes. Yo siempre les digo que me gustaría que este trabajo final, muchas veces discutido y hasta desagradable, no tuviera que hacerlo yo, sino una máquina a la que se le suministraran suficientes datos para que fuera justa, como esfuerzo, interés, asistencia, participación, resultados... Y fuera la máquina la que emitiera el veredicto final.
No me gusta el papel de juez.
Un saludo.
En efecto, mis alumnos (bueno, muchos de ellos) no terminan de aceptar que nosotros estamos deseando aprobar a la gente. Piensan que, como un pervertido inquisidor, disfrutamos cuanto más alto sea el porcentaje quemados... Digo de suspendidos.
Saludos.
A algunos si que les gusta suspender.
Que no, mujer.
Oños que no, el otro día hice los deberes de mates y el Cabrera me sacó a la pizarra a que hiciera un ejercicio, y se lo hice, y me preguntó una cosa que no sabía y me dijo:
¿Tú aprovaste el anterior examen?
Y le dije: no.
Y me soltó: pues menos mal.
Aunque tampoco he sido a la única que se lo a dicho.
Pero en fín, viniendo de C. te esperas ya cualquier cosa...
Te acostumbras. =)
Bueno, en vez de generalizar, hablaremos de un porcentaje más o menos alto de profes que no les gusta suspender.
gracias a mis conocimientos en estadística puedo decir que el cincuenta por ciento de los profesores son...la mitad; ninguna generalización conduce a ningún lado.
¿Y esto a santo de qué venía? Ah, sí, cada persona -ya sea alumno, profesor o administrativo de secretaria- es un mundo que se mueve por unas motivaciones distintas...vamos, que hay gente que disfruta suspendiendo y otra que lo pasa mal
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