
Hace unos días leía una entrevista en El País al extraordinario compositor Lapido, ex-091, que dejaba algunas perlas aunque destacaba ésta:
Refiriéndonos a la industria, podríamos parafrasear a Leonard Cohen y decir que ellos "me sentenciaron a veinte años de aburrimiento". La industria discográfica de este país tiene muchos pecados que purgar, y los está purgando. Históricamente se han dedicado a buscar el beneficio a corto plazo, sin cultivar carreras de largo recorrido de artistas con criterio. No han ejercido una labor educativa con el público potencial. Han primado la horterada rentable de usar y tirar, y ahora que la gente se puede bajar la horterada gratis, se quejan. Aparte, claro está, de que en la sociedad, especialmente en la de nuestro país, ha calado hondo la absurda idea de que todo lo relacionado con la cultura debe ser gratis. Estamos en un periodo de liquidación por derribo, en el sálvese quien pueda. Y mi tabla de salvación ha sido crear Pentatonia Records. Que cada cual se agarre al palo que más le convenza, pero que se asegure que flote.