domingo, 20 de junio de 2010

La casualidad en el arte

Lo casual en el arte se torna fundamental, que le pregunten a Miguel Ángel y la mole de donde sacó su David.

Mi intención no es comparar a El Hortelano con Buonarroti pero el español, autor de la portada del disco que hay más arriba (¡Qué grandes recuerdos me dan mis discos de vinilo donde se apreciaban los detalles de estas pequeñas obras de arte!) , comenta en una entrevista reciente ( Rolling Stone, 210) cómo se le ocurrieron las copas que vuelan en la parte superior izquierda del cuadro/portada:

Mira, estas dos copas que parecen volar en la portada, eran en realidad dos goterones.... En pintura hay que saber respetar las casualidades, los errores. Como en la música, y en los sueños, hay cosas que no se sabe de dónde salen.

En ese disco habían fantásticos momentos, me quedo con algunos versos de los Malditos Refranes:

Dejé correr el agua
y la sed me consumió
Pero al fin algo sí se cumplió:
quien bien me quiso sí que me hizo llorar
¡Malditos refranes!
El último reí
pero no reí mejor


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